Nottingham Guardian - Voluntarios se movilizan en Hungría contra el fraude en las elecciones

Voluntarios se movilizan en Hungría contra el fraude en las elecciones
Voluntarios se movilizan en Hungría contra el fraude en las elecciones

Voluntarios se movilizan en Hungría contra el fraude en las elecciones

En una semana, cuando se celebren las elecciones legislativas en Hungría, Laszlo Mero estará listo para trabajar. Junto a otros 20.000 voluntarios, se prepara para vigilar la votación, en un contexto de temores por fraude.

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El primer ministro nacionalista Viktor Orban, de 58 años, espera lograr el 3 de abril un cuarto mandato consecutivo para continuar su "revolución conservadora".

Según Bruselas, la transformación acelerada en Hungría viene acompañada de varias vulneraciones al Estado de derecho y esto hace que preocupe cómo se va a llevar a cabo la elección.

En ese contexto, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) envió a más de 200 observadores, un dispositivo excepcional para un país de la Unión Europea (UE), como solo se había hecho en Bulgaria en 2013.

Al mismo tiempo, la coalición de seis partidos opositores, unidos para tratar de derrotar al líder autoritario de Hungría, reclutó a miles de voluntarios.

Todos recibieron formación en línea y una aplicación móvil que les permitirán señalar posibles irregularidades en la votación.

La iniciativa es inédita, se congratuló Peter Muller, un empresario de 45 años que participó en la creación del grupo de ciudadanos denominado "20K".

"En cada oficina habrá dos observadores de la oposición, incluso en los rincones más remotos" del país, aseguró.

Laszlo Mero, un profesor universitario de 72 años, fue asignado a un pequeño pueblo en el este, a 250 km de Budapest, donde vive.

El viaje será un poco largo pero "el sacrificio vale la pena", indicó a AFP. "Estos últimos 12 años , las reglas electorales han sido trastornadas", lamentó el docente.

- "No tener miedo" -

Los 12 años de mandato de Orban en Hungría cimentaron el poder de su partido Fidesz en todas las instituciones.

Acostumbrado a los pulsos con la UE y estrechando lazos con el líder ruso Vladimir Putin, Orban introdujo a lo largo de sus mandatos cambios legislativos que han favorecido a su partido en detrimento de otras formaciones.

Poco después de su regreso al poder en 2010, el dirigente aprobó dos leyes que otorgan la nacionalidad húngara a los magiares (húngaros étnicos) que viven fuera del país, con derecho al voto incluso por correspondencia.

Más recientemente, una enmienda modificó la definición del lugar de residencia que ahora puede ser una simple dirección de contacto, sin garantía de que realmente se viva en el sitio.

"Eso abre la puerta al turismo electoral", advirtió Zsofia Banuta, cofundadora de la organización Unhack Democracy, quien ve una maniobra que podría hacer diferencia en la votación.

Los sondeos anticipan la votación más reñida desde 2006, con una leve ventaja para el jefe de gobierno saliente.

La activista de 40 años exhortó al personal de las mesas electorales a "no tener miedo de señalar los abusos".

Un curso en línea fue puesto a su disposición para evitar el "gran fraude" que empañó, según esta oenegé, las elecciones anteriores de 2018.

- Prensa parcializada -

"Fueron las elecciones más injustas en los últimos 30 años, desde el fin del comunismo", aseguró Banuta.

Con base al testimonio de 170 agentes electorales, Unhack Democracy constató múltiples problemas de transporte de votantes desde los países vecinos, intimidación o corrupción de electores, falsificación de boletines por correspondencia, fallas en el "software" electoral...

"Hacer trampa se volvió normal", lamentó Banuta. "Queremos vivir en un país donde toda irregularidad sea sancionada".

Pero para la OSCE, el problema va más allá de la jornada electoral.

En un informe preliminar, la misión señaló la parcialidad de la prensa, en su mayoría sometida al control de Fidesz.

Y varias deficiencias señaladas en 2018 no han sido resueltas, destacó la organización.

El gobierno respondió citando a un grupo de estudio pro-Orban, el Center for Fundamental Rights, que dijo que se trataba de un documento "sin fundamento".

"El objetivo es sembrar la duda sobre la naturaleza democrática de las elecciones. Es una excusa muy cómoda para la izquierda en caso de derrota en las urnas", señaló.

M.Sutherland--NG