Final surrealista para histórico juicio a Donald Trump
El juicio a Donald Trump en Nueva York fue, en muchos sentidos, único, en el que un jurado de ciudadanos anónimos declaró culpable de falsificación contable a un expresidente y magnate inmobiliario.
Incluso su condena simbólica -"descargo incondicional"-, que mantiene la culpabilidad pero no implica castigo de cárcel, multa o libertad condicional, también es única.
La condena pone fin a una montaña rusa de retrasos y recursos en un juicio que comenzó cuando el republicano era expresidente y terminó el viernes a sólo 10 días de que vuelva a ocupar la Casa Blanca, tras ser declarado culpable en mayo pasado de 34 delitos por falsificación contable para comprar el silencio de una exactriz porno por una relación extramatrimonial que tuvieron hace casi dos décadas.
Lo que en su día podría haber sido una de las sentencias más importantes de la historia moderna de Estados Unidos terminó con un tono de banalidad: a través de videoconferencia, con Trump en Florida, mostrando su avanzada edad frente a la cámara.
En última instancia, su reelección en noviembre para la presidencia de Estados Unidos le ha evitado tener que pasar por la cárcel, dejándolo como un delincuente convicto sólo sobre el papel.
El magnate de 78 años, con su ya tradicional corbata roja a rayas, ante decenas de periodistas, personal del tribunal, fiscales y el juez reunidos en la 15ª planta del Tribunal de Distrito de Manhattan mantuvo su actitud desafiante.
"Soy totalmente inocente" y "me acusaron por llamar gasto legal a un gasto legal", dijo tras subrayar que el juicio ha sido una "vergüenza para Nueva York".
"Me trataron muy muy injustamente. Muchas gracias", agregó Trump para cerrar su tradicional perorata, que pronunció junto a su abogado Todd Blanche, flanqueados por dos banderas estadounidenses.
- "Finalidad" -
Parecía incómodo mientras los fiscales detallaban sus delitos y afeaban su conducta despectiva antes, durante y después del juicio: "el acusado ha sembrado deliberadamente el desprecio" hacia el sistema judicial, al tiempo que amenazaba a quienes forman parte de él.
"Tales amenazas están diseñadas para tener un efecto amedrentador, para intimidar a la gente que tiene la responsabilidad de hacer cumplir nuestras leyes, con la esperanza de que ignoren las transgresiones del acusado porque temen que simplemente sea demasiado poderoso", indicó el fiscal Joshua Steinglass.
No obstante, Steinglass se mostró de acuerdo con la decisión del juez de origen colombiano Juan Merchan de dictar un descargo incondicional, una medida que mantiene el veredicto de culpabilidad pero no sanciona al condenado.
"El público estadounidense tiene derecho a una presidencia sin el lastre de los procedimientos judiciales pendientes", apuntó Steinglass, para quien "esta sentencia garantiza esa finalidad".
Por su parte, Merchan recordó que el ciudadano Donald Trump habría recibido un castigo más severo que el presidente electo.
"Nunca antes se había presentado ante este tribunal un conjunto de circunstancias tan singular y extraordinario", reconoció el juez, pese a que cuando se cerraban las puertas de la sala, "el juicio en sí no fue más especial, único o extraordinario que los otros 32 juicios penales que tuvieron lugar en este tribunal al mismo tiempo".
Tras dictar el descargo incondicional -"la única sentencia legal" que el tribunal consideró que garantizaría la funcionalidad de la presidencia- Merchan se despidió de Trump.
"Señor, le deseo buena suerte al asumir su segundo mandato", le dijo al primer mandatario estadounidense que se ha tenido que sentar en el banquillo de la justicia.
M.Sutherland--NG