Tras sufrir inundaciones apocalípticas, los sudaneses temen que aún falte lo peor
En la aldea sudanesa de Makaylab, Mohamed Tigani rebusca entre la pila de escombros de lo que una vez fue su casa de ladrillos de barro, arrasada por las inundaciones causadas por lluvias torrenciales.
"Era como el juicio final", recordó Tigani, de 53 años, radicado en Makaylab, 400 km al norte de la capital Jartum.
"No habíamos visto lluvias e inundaciones así en esta zona por años", declaró mientras buscaba algo para construir un abrigo para su esposa embarazada y su hijo.
En Sudán, las fuertes lluvias suelen caer entre mayo y octubre, y el país enfrenta cada año inundaciones severas que dañan cosechas e infraestructuras.
Este año, las inundaciones mataron a al menos 79 personas y dejaron a miles sin casa, según cifras oficiales.
Sudán declaró estado de emergencia el domingo por las inundaciones en seis estados, incluido el de Río Nilo, donde se encuentra Makaylab.
Este desastre coincide con una gran inestabilidad política y una grave crisis económica en Sudán, exacerbadas por el golpe militar del año pasado encabezado por el jefe militar Abdel Fatah al Burhan.
Casi un cuarto de la población sudanesa, de 11,7 millones, requiere de ayuda alimentaria.
La Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés) indicó basándose en las cifras oficiales que más de 146.000 personas han sido afectadas este año por las inundaciones y que 31.500 casas han resultado destruidas o dañadas.
Pero la ONU advierte que con más de un mes de lluvias por delante, las inundaciones podrían afectar a hasta 460.000 personas este año, más que el promedio anual de 388.600 personas entre 2017 y 2021.
"Comparado con el mismo período de 2021, el numero de personas y localidades afectadas se duplicó este año", señaló OCHA el lunes.
La región occidental de Darfur, inmersa en una guerra, es la más golpeada por las inundaciones, con más de 90.000 afectados.
- El inicio -
Desde el comienzo de la devastadora temporada de las lluvias, miles de familias sudanesas han quedado sin casa.
"Todo está destruido", comentó Haidar Abdelrahman, sentado en las ruinas de su casa en Makaylab.
OCHA advierte que "ríos crecidos y pozos de agua estancada aumentan el riesgo de enfermedades como cólera, diarrea y malaria".
Abdelrahman dice temer que las aguas hayan hecho que los escorpiones y serpientes se desplacen. "La gente está con miedo", dijo.
"La gente tiene serias necesidades de ayuda básica contra insectos y mosquitos", apuntó Seifeddine Soliman, de 62 años, en Makaylab.
Pero Yasser Hashem, funcionario del ministerio de Salud, aseguró que la situación está "hasta ahora bajo control" gracias a las campañas de fumigación contra los mosquitos.
Corriente arriba, en el Nilo Blanco, el vecino Sudán del Sur ha visto lluvias récord y ríos crecidos que llevaron a miles de personas a dejar sus casas. La ONU indicó que las "inundaciones extraordinarias" están ligadas al cambio climático.
Las inundaciones ocurren en Sudán a pesar de la polémica construcción de una represa hidroeléctrica en el Nilo Azul, en Etiopía.
Algunos expertos, como el grupo estadounidense International Rivers, advirtieron que los cambios en los patrones del tiempo debido al cambio climático podrían provocar episodios regulares de inundaciones y sequía en la cuenca del Nilo, el río más largo del mundo.
En Makaylab, muchos temen que las devastadores inundaciones sean solo el comienzo.
"La temporada lluviosa apenas comienza y la gente no tiende a dónde ir", señaló Abdelrahman.
F.Coineagan --NG