Cubanos resignados frente a apagón causado por el huracán Ian
"¿Qué vamos a hacer? Subsistir", dice en tono seco Maykel, en el centro de La Habana hundida en la oscuridad tras el paso del huracán Ian.
Maykel, de 35 años, ayudaba a su amigo a arreglar un almendrón, esos viejos autos americanos de la década de 1950 que aún circulan en Cuba, cuando se apagó la luz.
En la cajuela del auto colgaron una lámpara conectada al motor. Estaban en la avenida Paseo del Prado, una de las más importantes de la ciudad y que lleva al Capitolio, la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), completamente apagado.
"No hay servicio eléctrico en ninguna zona del país en estos momentos", dijo Lázaro Guerra, director técnico de la estatal Unión Eléctrica, en declaraciones al noticiero estelar de la televisión cubana.
Cuba quedó a oscuras la noche del martes por un apagón generalizado, luego del paso del huracán Ian por la isla, que dañó la red del servicio eléctrico de un extremo a otro del país.
Por su parte el ministerio de Energía y Minas señaló que se trata de una "condición excepcional", cuya solución "requiere de mucha precisión", y que el servicio eléctrico se irá restableciendo de forma paulatina.
La isla enfrenta desde mayo pasado dificultades de generación de energía debido a la obsolescencia de las ocho termoeléctricas, roturas y mantenimientos programados y una mayor demanda debido al calor veraniego.
- "Hay que sobreponerse" -
Guerra dijo que la falla ocurrió en las líneas de enlace del sistema en el oeste, centro y este de la isla y que el problema se derivó de alteraciones en la carga y frecuencia eléctrica, provocando un fenómeno de inestabilidad en el servicio.
"La zona occidental tiene la complejidad adicional de que hay un grupo de líneas de transmisión que están fuera de servicio, propiamente por el paso del huracán Ian", sostuvo Guerra.
El Servicio Eléctrico Nacional "con 0 generación eléctrica, sin servicio eléctrico el país", dijo la Unión Eléctrica en su cuenta de Twitter, al explicar que la falla está relacionada con afectaciones climatológicas, por el huracán categoría 3, que dejó una estela de destrozos en las provincias del oeste y en la capital.
Los vientos del huracán Ian, que azotó las provincias de Pinar del Río, Artemisa (oeste) y La Habana, de 2,1 millones de habitantes, dejaron árboles derrumbados que en algunos casos obstruían las calles, mientras que las marejadas empezaban a inundar caminos aledaños al famoso Malecón habanero.
Harold Baez, un guardia de seguridad de 27 años de la famosa nevería Coppelia, ubicada en el corazón de la ciudad en el concurrido barrio del Vedado, dice estar preocupado.
"Un apagón de esos (en todo el país) siempre genera incertidumbre, pero normal, hay que sobreponerse a todo", dijo mientras se dirigía a la cafetería del hotel Habana Libre, que igual que otros hospedajes para el turismo internacional, se mantenían encendidos con las plantas especiales.
Sin alumbrado público ni semáforos en las calles, las viviendas en los populosos barrios de Centro Habana se encontraban completamente a oscuras. Algunos vecinos salieron a los portones alumbrándose con sus celulares.
"Salimos porque al niño lo bajamos porque estaba de majadero (llorando)", dijo una mujer que no quiso dar su nombre, arrullando a su bebé, mientras su esposo le daba luz con su teléfono.
En el país, de 11, 2 millones de habitantes, pocas personas disponen en sus casas de plantas generadoras de electricidad que funcionan con gasolina. Hospitales, oficinas e instituciones públicas, cuentan con estos equipos.
Ian golpeó con fuerza la madrugada Pinar del Río, la provincia más occidental de la isla, dejando a su paso postes, cables y árboles regados en carreteras y calles de esa demarcación, así como en Artemisa y en La Habana.
En los algunos hogares se iluminaban con velas o lámparas de baterías recargables.
Para Yoelmis Martínez, una trabajadora de un restaurante de 36 años, el apagón puede ser "bueno, no es que (hubiéramos querido) que fuera así, pero también es un modo de ahorrar también, es la parte positiva, que por lo menos se ahorra bastante con este apagón", dijo optimista cuando regresaba de la casa de amigos con los que se refugió durante el paso del huracán.
L.Boyle--NG