Real Madrid 7-Eintracht 3, una final para la historia
Estadio de Hampden Park, Glasgow, 18 de mayo de 1960: un lugar y una fecha para la historia del fútbol europeo y del Real Madrid, que ganó la final del máximo torneo continental con un espectacular 7-3 al Eintracht Fráncfort.
Ambos equipos vuelven a cruzar sus caminos con el objetivo de un título, este miércoles en Helsinki en la Supercopa de Europa, ¿pero qué supuso realmente aquella mítica final de la Copa de Europa -actual Liga de Campeones- de hace 62 años?
"Ese partido internacionalizó definitivamente al Real Madrid y eso hay que meterlo en el contexto de la época. Ahora todo es distinto, en la era digital, pero en aquella época esa final fue muy importante", dice en una entrevista con la AFP Ángel Bahamonde, catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid y autor del libro "El Real Madrid en la historia de España".
"El Real Madrid era un equipo de España hasta los años 1950, es en ese momento cuando se convierte en un equipo de Europa y luego ya se convertiría en un equipo del mundo. Están coincidiendo dos hechos importantes, la final del 7-3 al Eintracht y también ese año el 5-1 al Peñarol de Montevideo, un gran equipo de la época, en la primera Copa Intercontinental. Esos dos partidos fueron muy importantes para la internacionalización del club", señala.
Nunca una final del principal torneo europeo tuvo tantos goles ni un resultado tan llamativo como aquel 7-3. La hazaña de Alfredo Di Stéfano, con tres, y Ferenc Puskas, con cuatro, generó un gran impacto y coronaba de la mejor manera un ciclo de cinco Copas de Europa consecutivas ganadas por el Real Madrid, desde la edición de apertura de 1956.
"El Real Madrid conquistó Gran Bretaña, conquistó Francia, como se ve en el diario L'Équipe de la época. Empieza a haber gente que se declara madridista en diferentes países", valora.
"Desde el punto de vista político, el Real Madrid inició sin duda también la apertura de España hacia el Este de Europa, podía entrar en esos países de la órbita soviética con facilidad. Las autoridades franquistas se dieron cuenta de la importancia de esa apertura hacia el Este de Europa. Unos años después llegarían los primeros acuerdos entre España y la Unión Soviética", subraya Bahamonde.
En aquel contexto, ve además a aquel Real Madrid como el impulsor de "un incremento enorme de la autoestima colectiva" en plena dictadura.
- Una huella duradera -
"El 7-3 colaboró muchísimo. No olvidemos que fue una de las primeras finales enteramente televisada, que se vio en muchos países. Eso hace que impresionara más todavía. Hoy hablamos de las redes sociales y el mundo digital como elemento de globalización, en aquel momento era la televisión. El Madrid se aprovechó también de eso. Seguramente si el 7-3 no hubiera sido ya en la era televisiva, hubiera tenido una impronta menor de la que tuvo", estima Bahamonde.
La huella duradera en el tiempo de la final del 7-3 y del "Madrid de las cinco Copas de Europa" se mantuvo de generación en generación.
"Hoy en día casi nadie se acuerda que el Real Madrid ha ganado la Copa de Europa al Liverpool hace dos meses. El tiempo se ha acelerado, ahora no existe el ayer, es un hoy permanente. El 7-3 entonces se recordaba constantemente", considera el catedrático e historiador.
A ella cree que contribuía que los periódicos deportivos de la época estaban "cargados de literatura y pensados para durar".
"Las crónicas deportivas se recortaban y se pegaban en un álbum, y se leían un año después. Hoy todo eso es imposible, nos come la actualidad", lamenta.
En un club que ha ganado catorce títulos de campeón de Europa, ¿es la final del 7-3 la mejor del torneo o al menos de las conquistadas por el Real Madrid?
"Eso hay que meterlo en su contexto histórico. Era otro tipo de fútbol, con otros cánones. Para la época, sí fue la mejor. De manera global, eso ya es muy matizable. Para mí la mejor es el 4-1 del Real Madrid a la Juventus en 2017", considera Bahamonde.
C.Queeney--NG