Frustración en Gaza por la demolición de viviendas para ampliar una carretera
Cuando Ramadan Abu Saif vio cómo las excavadoras arrasaban la casa de su vecino en Gaza para un proyecto de ampliación de una carretera, sabía que la suya podría ser la siguiente.
El mes pasado, los islamistas de Hamás que gobiernan Gaza comenzaron a demoler 62 casas del campo de refugiados de Al Shati para ensanchar, con financiación de Egipto y Catar, la principal carretera que recorre la costa de este territorio.
A cambio de renunciar a sus casas la mayoría de los residentes afectados aceptaron una compensación económica, que suma en total unos tres millones de dólares, declaró el portavoz del gobierno de Hamás, Salameh Maaruf.
Pero algunos se han negado y rechazan una medida que creen que está destruyendo su comunidad.
Cada mañana, durante una semana, muchas familias --entre ellas las que se refugiaron en Gaza durante el conflicto de 1948 que siguió a la creación de Israel-- observaron cómo sus casas quedaban reducidas a escombros.
Abu Saif dijo a la AFP que apoyaba el proyecto de la carretera pero no si supone perder su casa de dos plantas y la cafetería que tiene al lado, con vistas al mar.
Este hombre de 58 años, cuya familia tuvo que dejar Hamama, una ciudad que fue vaciada de su población palestina en 1948 y ahora forma parte de Israel, dijo que le habían ofrecido unos 225.000 dólares por la casa, una cantidad que calificó de "injusta".
"Si derriban mi casa, significará la muerte de mis recuerdos y los de mis abuelos, mi padre y mi madre", afirmó.
- "Respuesta positiva" -
Hamás tomó el control de la Franja de Gaza en 2007, bajo bloqueo israelí, y desde entonces está bajo presión para mejorar el nivel de vida de sus 2,3 millones de habitantes.
El portavoz de Hamás asegura que la ampliación de la carretera es "vital" para solucionar los problemas de tráfico.
"Celebramos muchas reuniones con los propietarios (...) en las últimas semanas, y hubo una respuesta y un deseo positivo de casi todos", dijo Maarouf.
También está prevista la demolición de un centro comunitario, que alberga un campo de fútbol y salas para tenis de mesa, así como de varios edificios administrativos de Naciones Unidas.
Un funcionario de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) aseguró que no tiene "nada que ver con la demolición".
La agencia se retiró de varias instalaciones en la zona "a petición del gobierno" de Hamás, dijo el funcionario de la ONU, solicitando el anonimato por no estar autorizado a hablar con los medios.
Kamal Saidam, de 51 años, creció practicando deportes en el centro comunitario y está entre los que van a perder su casa.
Aunque dice "no estar en contra" de ampliar la carretera, observa con enfado cómo los trabajadores retiran los últimos muebles del centro comunitario antes de su demolición.
"Este centro es uno de los símbolos" del campo de refugiados de Al Shati, afirma. "No puedo imaginarme que me desalojen de aquí".
W.Prendergast--NG