Nottingham Guardian - El miedo empuja a los migrantes subsaharianos a partir de Túnez

El miedo empuja a los migrantes subsaharianos a partir de Túnez
El miedo empuja a los migrantes subsaharianos a partir de Túnez / Foto: FETHI BELAID - AFP

El miedo empuja a los migrantes subsaharianos a partir de Túnez

Constant llegó temprano a la embajada de Costa de Marfil en Túnez para pedir su repatriación, después de una ola de detenciones y de la diatriba del presidente tunecino, Kais Saied, contra los migrantes subsaharianos. "Queremos regresar a casa", dice, resignado.

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Durante dos horas, decenas de taxis van y vienen depositando a personas que llegan con la esperanza de que el gobierno marfileño organice vuelo de regreso lo antes posible.

Tres jóvenes bajan de un coche conducido por una elegante tunecina. "Son empleadas de mi salón de belleza desde hace dos años. Las he acompañado para que se inscriban para salir de Túnez, donde ya no se sienten seguras", explica a la AFP, pidiendo el anonimato.

Para Abubacar Dobe, director de la emisora Radio Libre Francophone -un medio comunitario africano-, "es evidente que hay una diferencia entre antes y después del discurso" del presidente Saied.

El martes por la noche, el presidente tunecino anunció "medidas urgentes" contra la inmigración ilegal subsahariana en su país, denunciando la llegada de "hordas de clandestinos" y "una empresa criminal para cambiar la composición demográfica" de Túnez.

Unas declaraciones que llevaron a la Unión Africana a expresar su condena, el viernes, y a invitar a sus Estados miembros a "abstenerse de todo discurso de odio de carácter racista que pueda perjudicar a las personas".

"Cuando era solo el Partido Nacionalista Tunecino [abiertamente racista] o las redes sociales, la gente se decía que el Estado iba a protegerlos pero ahora se sienten abandonados", explica Dobe, explicando que él también ha sido objeto de amenazas telefónicas.

- Psicosis -

Constant, sin trabajo desde hace seis meses, formó un grupo WhatsApp de migrantes que quieren regresar. Muchos denunciaron incendios al pie de edificios en las últimas noches e intentos de intrusión en hogares de compatriotas suyos en Túnez y en Sfax, ciudad de la que suelen partir hacia Europa decenas de migrantes en situación irregular.

"Los [propietarios de las viviendas] nos echan, nos golpean, nos maltratan. Para mayor seguridad, preferimos venir a nuestra embajada e inscribirnos para volver", señala Wilfrid Badia, de 34 años, que vive de pequeños trabajos desde hace seis años.

La situación de ilegalidad de muchos subsaharianos no es nueva, pero antes las autoridades "apartaban la vista", explica Hosni Maati, un abogado de París que asiste a la asociación de marfileños en Túnez. Esto permitía a algunos empleadores "explotar" a trabajadores a bajo coste, detalla.

Por otra parte, hay "empleadores de buena fe que se enfrentan a laberintos burocráticos" que dificultan toda regularización, indica.

Las detenciones comenzaron hace dos semanas y afectaron a hasta 400 personas, en su mayoría liberadas desde entonces, según oenegés y testimonios.

"No se resuelve una situación tan compleja con un discurso y arrestos a toda costa", afirma el abogado franco-tunecino.

Por su parte, Jean Bedel Gnabli, vicepresidente del comité de líderes subsaharianos, afirma que se está produciendo una "psicosis dentro de la comunidad" que incluye también a senegaleses, guineanos, congoleños y comorenses.

La asociación de estudiantes subsaharianos AESAT recomienda desde el miércoles que sus miembros "no salgan ni siquiera para ir a clase, hasta que las autoridades garanticen [una] protección efectiva contra estos deslizamientos y agresiones".

K.Cairstiona--NG