Sindicatos buscan "paralizar" Francia para frenar reforma de pensiones
Los sindicatos buscan este martes "paralizar" Francia con huelgas y nuevas manifestaciones masivas, para obligar al presidente liberal Emmanuel Macron a retirar su reforma de las pensiones, que sigue decidido a aplicar pese al rechazo popular.
Basureros, conductores de trenes, empleados del sector de la energía... Varios sectores pararon sus actividades en la víspera o días antes con el objetivo de lograr la jornada más fuerte de protestas desde el inicio de la movilización en enero.
"Llamo a los trabajadores, a los ciudadanos, a los jubilados a manifestar masivamente", pidió el lunes Laurent Berger, líder de la CFDT, principal sindicato francés. "El presidente no puede permanecer sordo", agregó en la radio France Inter.
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.
Pero elevar una de las edades de jubilación más bajas de Europa busca, según el gobierno, evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, en un contexto de aumento de la esperanza de vida de la población.
Sus intentos para convencer sobre la necesidad de esta reforma no han dado sus frutos entre la opinión pública, aunque en el Parlamento cuenta con el apoyo de la oposición de derecha para sacarla adelante.
El gobierno se concentra ahora en intentar desacreditar a los opositores, ya sean las centrales sindicales o la oposición de izquierda.
La primera ministra, Élisabeth Borne, calificó el lunes en la cadena France 5 de "irresponsable" el llamado a "paralizar" Francia.
La última vez que los franceses lograron paralizar una reforma de las pensiones fue en 1995. Los sindicatos paralizaron los servicios de tren y metro durante tres semanas y lograron mantener un apoyo masivo en la opinión pública.
- "Por suerte, está la abuela" -
Desde su presentación en enero, los sindicatos organizaron grandes movilizaciones, entre ellas la más numerosa en tres décadas el 31 de enero --de 1,27 a 2,8 millones de personas--. Una fuente policial estima que entre 1,1 y 1,4 millones participarán este martes en la sexta jornada de protestas.
Pero el tiempo se acaba. El gobierno escogió un polémico procedimiento parlamentario que le permite aplicar la medida a partir de finales de marzo, incluso si las dos cámaras del Parlamento no se han pronunciado sobre la misma.
Los sindicatos apuntan ahora a huelgas prorrogables a partir de este martes. "El primer día del resto de la huelga", titula en portada el diario Libération, cuya edición en papel no está disponible en los quioscos este martes a causa del paro.
El servicio de trenes en Francia y el transporte público de París se verán así "muy perturbados" este martes, pero también el miércoles.
Los basureros de París y los camioneros empezaron la huelga este lunes y, desde el pasado viernes, los trabajadores del sector de la energía ya provocaron caídas de producción en varias centrales nucleares.
Más de un 60% de los maestros de educación infantil y primaria, según los sindicatos, se unieron este martes a los paros, obligando a los padres obligados a trabajar o a teletrabajar --como pidió el gobierno-- a buscar alternativas.
"No tienen elección. Por suerte, está la abuela", dijo a la AFP una mujer en Burdeos (suroeste), quien debe cuidar este martes de su nieta por el trabajo de sus padres.
Obras paralizadas, tiendas cerradas, peajes abiertos o carreteras bloqueadas forman parte también del programa de acciones.
Aunque el objetivo es bloquear la economía, el impacto económico de las huelgas será "limitado", según los analistas del banco ING, para quienes, incluso en caso de largos bloqueos, no será superior a 0,2 puntos porcentuales del PIB.
A.Kenneally--NG