Nottingham Guardian - Las tensiones en el sector bancario, un nuevo problema para el BCE

Las tensiones en el sector bancario, un nuevo problema para el BCE
Las tensiones en el sector bancario, un nuevo problema para el BCE / Foto: Frederick Florin - AFP/Archivos

Las tensiones en el sector bancario, un nuevo problema para el BCE

Las turbulencias en el sector bancario están poniendo a prueba la determinación del Banco Central Europeo, que debe decidir el jueves si sube de nuevo las tasas de interés para combatir la inflación.

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La mayor quiebra bancaria desde la crisis financiera de 2008, el colapso del Silicon Valley Bank (SVB), supone un reto adicional para las decisiones del BCE sobre las tasas.

Aunque las autoridades y los dirigentes de ambos lados del Atlántico hayan hecho declaraciones minimizando el riesgo de contagio, la preocupación aumentó el miércoles con la caída sin precedentes de las acciones de Credit Suisse.

El desplome del gigante bancario suizo, que arrastró consigo a las bolsas europeas, comenzó con las declaraciones del presidente del banco nacional saudita, principal accionista de Credit Suisse, poniendo en duda su futuro apoyo al banco.

Estas turbulencias complican la decisión de los guardianes del euro, que quieren combatir la persistente inflación sin desestabilizar aún más los mercados financieros.

- "No será indoloro" -

Hasta hace poco, una subida de 0,5 puntos porcentuales en la reunión de política monetaria del jueves era casi una conclusión inevitable, ya que el propio BCE lo anunció el mes pasado.

Pero los mercados ya no descartan la posibilidad de una subida de 0,25, menos de lo previsto.

La situación "no debería disuadir al BCE de subir las tasas de interés otros 50 puntos básicos debido a la inflación obstinadamente elevada", afirma Agnese Ortolani, analista de Economist Intelligence Unit (EIU), al igual que muchos expertos.

Esta decisión situaría la tasa de interés del efectivo bancario no distribuido en forma de préstamos en el 3,0%, la más alta desde octubre de 2008.

Ante la escalada de los precios tras la ofensiva rusa en Ucrania, el BCE inició en julio un ciclo de subidas de tasas sin precedentes, poniendo fin a casi una década de dinero barato.

Este endurecimiento monetario forzado, llevado a cabo por todos los grandes bancos centrales para aumentar el coste del crédito y frenar la subida de precios, también ha contribuido a debilitar a los bancos comerciales.

Esto llevará el jueves a un debate entre los banqueros centrales de la eurozona sobre el ritmo de los próximos meses.

Las turbulencias financieras demuestran que "la subida de tasas no es tan indolora como parece", lo que da crédito a las "palomas", es decir los que predican la prudencia, según Gilles Moec, economista jefe de Axa.

Los "halcones", que quieren mantener el mismo rumbo, argumentarán por su parte que no hay riesgo de contagio a la economía y, por tanto, "ningún impacto en la calibración de la política monetaria", según el analista.

Sobre todo porque la batalla contra la inflación está lejos de haber terminado y sigue presionando al BCE.

La inflación de la zona euro cayó en febrero por cuarto mes consecutivo, hasta el 8,5% interanual, pero la curva de precios, excluidos la energía y los alimentos, subió de nuevo hasta un récord del 5,6%.

"La extrema incertidumbre que reina actualmente sobre el sector bancario estadounidense y la reacción de los mercados deberían incitar a la institución a ser más prudente", argumenta Frederik Ducrozet, economista jefe de Pictet Wealth Management.

El nivel de la tasa de depósito podría alcanzar un máximo de entre el 3,5% y el 4% a mediados de este año, según los observadores.

P.MacNair--NG