Vecinos de Nashville, conmocionados por nueva matanza escolar
Robin Wolfenden hacía yoga en su balcón cuando escuchó las sirenas de las ambulancias que acudieron el lunes a una escuela cristiana en Nashville donde tuvo lugar una nueva matanza que sacudió a Estados Unidos.
Este martes, acudió a rendir homenaje a las víctimas del tiroteo en la Escuela Covenant, una pequeña primaria para unos 200 estudiantes, al dejar en la entrada seis piedras en memoria de los tres niños y tres adultos asesinados, una tradición del judaísmo.
Con sentimientos encontrados por sus propios hijos de 5 y 8 años, solo un poco más pequeños que los que murieron el día anterior, esta madre lamenta que "estos niños inocentes" estén en medio de tal violencia.
La capital de Tennessee, en el sur de Estados Unidos, se suma a la larga lista de ciudades golpeadas por matanzas escolares en el país y muchos de sus habitantes viven ahora la conmoción de un drama tan cercano a sus hogares y que ya no es solo algo que han visto en la televisión.
- "Almas rotas" -
"Hoy esto me golpea el alma", dijo a la AFP Stacie Wilford, enfermera y madre de un niño de 8 años que asiste a una escuela cercana.
"Yo vivo a 2 km de aquí, pasó casi frente a mi casa, es aterrador", agrega.
"Cuando dejas a tus hijos en la mañana no crees que vas a recibir una llamada como esa. Es devastador, es... No logro entenderlo".
Esta enfermera cuenta que un drama como este afecta en particular a los profesionales de la salud. "Nosotros curamos", expresó Wilford. "Cuando trabajas en el sector salud, quieres curar. Pero cuando algo así pasa, no puedes hacer nada".
"Tengo la sensación de que nuestras almas están rotas", lamenta Carolyn Lucas, cuyos hijos están en una escuela a 10 minutos a pie del lugar de la masacre. Cuando escuchó hablar de un tiroteo sintió miedo de que fuera en la escuela a la que van sus niños.
"Es inimaginable y al mismo tiempo se podía esperar algo así. A decir verdad, ¿por qué no habría de ocurrirnos?", se pregunta.
Incluso en un país golpeado por tantas matanzas, es fácil pensar que esto no pasará en tu propia comunidad, dice Lucas.
"Pero por supuesto pasará. La violencia armada no ve raza ni religión, no tiene preferencias", agrega. "Tenemos que hacerlo mejor" para ponerle fin a esto.
- "En la esquina" -
Gabriella Massey y Kaylee Franzen, de 21 y 22 años, piensan algo similar sobre la violencia armada y vinieron a compartir un gesto de duelo en la escuela.
"Escuchas que pasa todo el tiempo", pero "jamás había pasado tan cerca, y esto por sí solo te rompe el corazón", lamenta Franzen, estudiante de una universidad cristiana de Nashville.
Ella vino a dejar flores frente a la entrada vigilada por una patrulla policial.
"Sin embargo esto no necesariamente ayuda en nada, esto envía un mensaje, las cosas deben cambiar, pero las solas condolencias y oraciones no son algo que remedie o que ayude a la situación", lamentó.
X.Fitzpatrick--NG