El coste de la vida empuja a tomar riesgos a trabajadores del sexo británicos
"Empecé a ver gente sobre la que tenía mal presentimiento porque no había suficientes clientes como para rechazar", explica Jack Parker, de 24 años, que relata en Twitter su rutina de "acompañante" en Londres.
Numerosos profesionales de este sector en Reino Unido, dominado sobre todo por mujeres, viven en condiciones de extrema precariedad que se agravaron todavía más con la crisis de la carestía de la vida y una inflación por encima del 10% desde hace meses.
Los clientes habituales de Jack han reducido la frecuencia de sus citas. "Es como un lujo que se pueden permitir menos", afirma.
El joven también adaptó sus tarifas y aumentó sus horas de trabajo. Si antes facturaba 140 libras (175 dólares) por hora, ahora son 120 o incluso 110 libras.
"Todo el mundo siente la crisis del coste de la vida", explica Bianca Blake, portavoz del Colectivo Inglés de Prostitutas (ECP).
"Esto significa que hay menos clientes y si hay menos clientes, se debe trabajar más (...) para intentar ganar el mismo monto que antes" y aceptar la prestación de nuevos servicios, afirma.
- Enseñar el rostro -
Julia, estudiante londinense de 21 años cuyo nombre fue modificado a petición suya, se gana la vida publicando fotos y videos eróticos en la web británica Onlyfans, una plataforma que permite a los internautas abonarse a las cuentas de creadores para acceder a su contenido o incluso encargarlo.
Aunque no se dedica solo al contenido para adultos, este sector tiene mucho éxito en la plataforma.
La estudiante empezó a ceder a las peticiones de numerosos clientes de mostrar su rostro, cosa que antes evitaba cuidadosamente con fotos "de espalda o con máscara".
"Incluso si sabía que era una mala idea, era esto o tener un nuevo retraso en el alquiler", lamenta.
La joven ahora reconoce que está aterrorizada con la idea de que alguien divulgue públicamente estas imágenes, donde se la reconoce claramente y que pueden comprometer sus opciones de encontrar trabajo después de sus estudios, asegura.
A finales de 2022, asociaciones británicas de trabajadores del sexo lanzaron la campaña "Hookers Against Hardship" ("Putas contra la miseria"), pidiendo al gobierno "combatir la pobreza, la falta de hogar y el endeudamiento que obliga a tantas personas, particularmente madres, a prostituirse".
En una petición en línea promovida por esta campaña y con más de 25.000 firmantes, Audrey C. describe la "presión" que siente de ver a clientes que normalmente habría rechazado y de prestar servicios que antes no ofrecía "solo para poder comer y mantener un techo".
La petición señala también los riesgos de violencia a los que se enfrenta este colectivo.
- Clientes "de riesgo" -
Jack Parker se citó a su pesar con varios clientes "de riesgo", que habían sido señalados por comportamiento abusivo o violento por otros profesionales en una aplicación que utiliza.
Explica haber sufrido agresiones de clientes que lo agarran y que tratan de asfixiarle.
Su situación financiera lo llevó a trabajar en un prostíbulo en Londres, aunque no son legales en Reino Unido.
A cambio de un importante porcentaje, este tipo de establecimientos ofrecen un entorno más seguro, pero también imponen un gran número de clientes y un ritmo de trabajo desenfrenado.
El joven transgénero se vio expuesto allí a numerosos comportamientos violentos y tránsfobos. "Tenía tal necesidad de dinero que no podía irme", explica.
Ante la dureza de la crisis por la carestía de la vida, Reino Unido experimentó un pico de personas que se adentran o vuelven al trabajo sexual.
En Londres, un 30% de los trabajadores sexuales sondeados por una organización de derechos del colectivo National Ugly Mugs (NUM) afirman que empezaron debido al incremento de precios, según una encuesta de diciembre.
"La prostitución aumenta porque la pobreza aumenta", resume el colectivo ECP, que dispone de una línea de asistencia telefónica para los profesionales del sector. El número de llamadas se incrementó un 30% en 2022.
X.Fitzpatrick--NG