Nottingham Guardian - La Guayana Francesa, una ruta de entrada a Europa más larga pero "menos peligrosa"

La Guayana Francesa, una ruta de entrada a Europa más larga pero "menos peligrosa"
La Guayana Francesa, una ruta de entrada a Europa más larga pero "menos peligrosa" / Foto: Jody Amiet - AFP/Archivos

La Guayana Francesa, una ruta de entrada a Europa más larga pero "menos peligrosa"

Abdullah tuvo que viajar hasta Sudamérica con la esperanza de llegar un día a Francia. Como cientos de sirios, afganos y saharauis, decidió pasar por la Guayana Francesa, una ruta más larga pero más segura que el Mediterráneo.

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Puerta de entrada a la Unión Europea para los migrantes sudamericanos y caribeños, la Guayana Francesa acoge actualmente a solicitantes de asilo de los rincones más lejanos del mundo.

Abdullah, a quien la AFP conoció en un campo de fortuna de migrantes del territorio francés, no quiso dar su apellido, al igual que los otros migrantes entrevistados.

Este joven saharaui salió de Marruecos en mayo de 2022, viajó hasta Catar y después Turquía. Pero una vez en Turquía renunció a ir hasta Francia a pie por la ruta de los Balcanes "por miedo".

Un día en YouTube descubrió la ruta por la Guayana Francesa, más larga pero según él "menos peligrosa".

Tomó un avión a Sao Paulo, en Brasil, con una visa de turista. Desde ahí viajo a la Guayana Francesa para presentar una solicitud de asilo, que en virtud de las convenciones ratificadas por Francia son aceptadas para examen sistemáticamente.

"Muchos se van en zódiacs a España y no llegan nunca a su destino", dice a la AFP Ghali, de 23 años, que salió con su hermano menor Khaleid de El Aaiún, la capital del Sahara Occidental.

Salieron de Casablanca, en Marruecos, y en siete días pasaron por Estambul (Turquía), Sao Paulo y el norte de Brasil. Llegaron a la frontera de la Guayana Francesa tras diez horas en un taxi colectivo.

"Pasar por la Guayana es más barato", cuenta: 4.000 euros (unos 4.500 dólares) frente a 6.000 euros (6.500 dólares) para cruzar por Italia.

- "No queremos quedarnos aquí" -

Pero a Ghali la ilusión le duró poco, sobre todo frente a las condiciones de acogida.

La prefectura solo acoge a los más vulnerables (familias, niños y ancianos). Los hombres que viajan solos reciben 250 euros (275 dólares) para alojarse, una misión casi imposible en este territorio donde la vida es cara.

A la espera de una respuesta a su solicitud de asilo, Ghali mata el tiempo en un campo para refugiados, donde se han instalado unos 80 saharauis, algunos sirios y venezolanos.

"Sabíamos que sería difícil, pero la situación es muy mala", cuenta Herbi, un saharaui de 30 años.

"Sabemos que la Guayana no puede acogernos, lo entendemos, pero lo que nosotros queremos es ir a Francia, donde la mayoría de nosotros tiene familia. No queremos quedarnos aquí", dice.

La alcaldesa de Cayena, la capital de Guayana, Sandra Trochimara, criticó la gestión de la prefectura, la autoridad competente en materia de migración y pide que si no hay una solución humanitaria inmediata "se cierren las fronteras".

El Estado francés anunció la apertura de dos nuevos centros de acogida para noviembre, que elevarán el número de plazas de acogida a casi 1.200, frente a las 727 del año pasado.

El número de solicitantes de asilo no ha aumentado en los últimos años y se mantiene en 2.800 al año, según la prefectura.

Pero "el modelo de inmigración ha cambiado completamente", reconoce el prefecto, Thierry Queffelec.

Los sirios representaban el 20,6% de los solicitantes de asilo en la Guayana Francesa en 2021 y el 30,2% en 2022, casi tantos como los haitianos.

Los migrantes de Afganistán, Siria o el Sáhara Occidental, que cuentan con poco apoyo comunitario, solicitan a las autoridades más ayuda.

Desde enero, "324 saharauis, 239 sirios y 87 afganos ya han solicitado asilo", según el prefecto. La tasa de respuesta positiva oscila entre el 76% para los saharauis y el 90% para los sirios, e incluso el 100% para los afganos.

D.Gallaugher--NG