La violencia interétnica reduce a cenizas pueblos enteros en India
Sanatomba revisa los escombros de lo que hasta el miércoles pasado fue la casa de su hermana en Heiroklian, un próspero pueblo del estado de Manipur, en el noreste de India, reducido a cenizas por la violencia interétnica.
Solo queda un taburete tradicional que "extrañamente los asaltantes olvidaron", observa el joven de 20 años, miembro de la tribu cristiana kuki, enfrentada a los meitei, principal etnia en esa región, mayoritariamente hindúes.
"Aquí estaba la habitación donde tenía su televisión, su nevera, el almirah (armario) de la ropa (...). Todo lo que poseía con su marido, sus cuatro hijos y los demás miembros de su familia desapareció para siempre", cuenta a la AFP.
Varios pueblos de Manipur, un estado limítrofe con Birmania y unido al resto de la mayor parte de India por el estrecho corredor de Siliguri, sufrieron el mismo destino.
La violencia se desencadenó cuando la justicia local tomó una medida de discriminación positiva para los meitei, incrementando los resentimientos en un contexto de fuertes tensiones interétnicas y separatistas.
Más de 50 personas murieron y cerca de 23.000 huyeron para buscar la protección del ejército indio en campamentos provisionales.
Según Sanatomba, los agresores incluso se llevaron el ganado y las aves de corral y no perdonaron ningún rincón del pueblo. En la calle principal solo quedan puertas destrozadas y depósitos de agua calcinados.
- "Tengo miedo de los meitei" -
La imponente iglesia del pueblo, una escuela e incluso un viejo árbol de yaca lleno de frutas fueron quemados. "Tengo miedo de los meitei", admite Sanatomba.
Su hermana se refugió en un campamento del ejército, sabiendo que no podrá volver. "Me pidió que viniese a recoger todo lo que pudiera recuperar", añade Sanatomba, con las manos y pies llenos de hollín.
Este brote de violencia en Manipur comenzó tras una manifestación la semana pasada contra la posibilidad de que los meitei obtengan el estatus ventajoso de "tribu desfavorecida", lo que les garantizaría cuotas en empleos públicos y universidades.
Los meitei viven principalmente en Imfal, capital de Manipur, y sus alrededores, mientras que la tribu kuki está principalmente establecida en las colinas.
La violencia se desató en Imfal y otros lugares, con manifestaciones en las cuales se incendiaron vehículos y edificios. Según los aldeanos, turbas meitei armadas con pistolas y bidones de gasolina atacaron los asentamientos muki.
- "Corazón roto" -
Las autoridades temen nuevos ataques debido a las armas que poseen ambas comunidades y que se niegan a entregar.
"¿Están seguros de que ninguno de ustedes posee armas que desearía entregar?", pregunta un policía en un pueblo kuki, añadiendo que "la otra comunidad prometió entregar sus armas si ustedes también lo hacen".
"Les pido que lo piensen porque no es bueno para ninguna de las dos comunidades que circulen estas armas", insiste en vano. Pero el miedo persiste.
Thanglallem, un profesor kuki de 32 años, vio desde lo alto de una colina el ataque e incendio de Kamuching, su pueblo. Pasó dos noches en la selva antes de ser socorrido y llevado a un campamento.
Relata que una banda de meiteis fue de casa en casa, robando incluso los colchones y cargando el botín en vehículos. "Después quemaron las casas, una tras otra" y "como dejaron algunas intactas, volvieron dos días después".
"Con el corazón roto observamos llorando nuestras casas reducidas a cenizas, impotentes y desesperados", admitió Thanglallem.
A.MacCodrum--NG