Sudáfrica se posiciona en producción de aceite de oliva de alta calidad
Las olivas verdes caen ante las sacudidas de los rastrillos en un paisaje de colinas similar al de Toscana, en Italia. La cosecha está en pleno auge en la región vitícola de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que produce ahora aceites dignos de las mejores mesas.
Ya famosa por sus vinos, Sudáfrica no era esperada en un sector donde reinan España, Italia, Francia o Grecia, y luego de que varios productores de oliva fueran premiados en los últimos años, ahora irrumpe en el terreno de la alta calidad.
"¿Usted huele este aroma de almendra dulce?", dice saboreándose Gert van Dyk, de 49 años, del dominio Tokara situado en Stellenbosch, a unos 50 km de Ciudad del Cabo, al presentar un aceite de oliva extra virgen recién extraído y premiado este año en Estados Unidos.
El gerente de la granja de 8.000 árboles de olivo vierte el líquido verde claro en su lengua como los enólogos, y luego lo aspira para "saborear lo amargo en el fondo de la garganta".
Controla la producción de aceite "desde el árbol hasta la estantería", dice a la AFP.
Frente al creciente éxito, la granja, inicialmente especializada en vino, ha convertido el aceite en un producto clave, hasta dedicarle un edificio entero y proponer degustaciones a los visitantes.
Este aceite, como el de otros dominios sudafricanos que buscan la excelencia, es comprado en los mejores restaurantes de la región. "Tenemos aquí un aceite de calidad extraordinaria", señala con entusiasmo el chef francés Christophe Dehosse, de 55 años.
Cuando se instaló en el país, hace treinta años, el aceite de oliva sudafricano era un concepto aun principiante. Ahora la producción local es "fantástica y no hay ninguna razón para comprar un aceite que ha viajado más de 10.000 km", dice este dueño de cuatro restaurantes.
En su mesa, un aperitivo a la italiana compuesto de pan mojado en aceite de oliva se ha vuelto "a la moda". Su elección es siempre la producción local: "Quiero que lo que compre aquí no haya sido aligerado con nada. Es un aceite 100% extra virgen".
- "Padre del aceite de oliva" -
Las primeras olivas fueron cultivadas en Sudáfrica a comienzos del siglo XX por un inmigrante italiano, Fernando Costa, dice la asociación SA Olive, que representa al sector.
Luego, en 1998, Giulio Bertrand, jubilado italiano de Stellenbosch, importó 17 variedades de olivares que plantó en su finca.
"Descubrió que la tierra era perfecta para plantar viñedos. Y en Italia, muchos dominios cultivan el vino y el aceite de oliva juntos cuando en Sudáfrica eso no se hacía", dice su nieta de 29 años, Vittoria Castagnetta, encargada del marketing del dominio familiar.
La finca Morgenster cultiva 42 hectáreas de olivares. Y millones de árboles en el país surgieron de los que el ancestro trajo de Italia. "Mi abuelo era conocido como el padre del aceite de oliva en Sudáfrica", dice con orgullo Vittoria Castagnetta.
Desde entonces las colinas idílicas de la región de El Cabo, de clima mediterráneo, producen olivas reconocidas más allá de las fronteras por su calidad.
Aunque el aceite de oliva sigue siendo un producto de lujo para una mayoría de sudafricanos, los productores observan desde hace unos años "un aumento incontestable de la demanda local", relacionada con la búsqueda de una alimentación más sana.
Y "la gente comienza a comprender que hay más de un tipo de aceite de oliva", dice con entusiasmo Christophe Dehosse.
Hacer competencia a los grandes productores europeos tomará aun tiempo.
"Pero es uno de los productos de los que Sudáfrica puede estar orgullosa. Solo falta que lo descubran", presagia el chef.
M.Scott--NG