Las caravanas en California: de símbolo de vida despreocupada a postal de la crisis habitacional
Tamara se mudó a una caravana porque el pago del alquiler se le escapó de las manos. Beau lo hizo tras perderlo todo por ir a prisión, en tanto Steven, al cansarse de vivir en barrios inseguros.
En California, las casas rodantes, que en otra época eran el símbolo de una vida libre a la orilla de la playa, se han convertido en postal de una faceta menos glamorosa: la crisis habitacional y el aumento del número de personas que quedan sin techo en ese estado del oeste estadounidense.
Un tercio de la población en situación de calle existente en Estados Unidos -de unos 335 millones de habitantes- vive en este estado, que alberga alrededor de 40 millones de residentes y paradójicamente tiene un PIB equivalente al de algunas de las principales economías del mundo.
Sólo en el condado de Los Ángeles hay más de 75.000 personas sin techo, con un alto porcentaje en caravanas, furgonetas o vehículos semirremolque que se concentran en varios campamentos improvisados.
"Esto es lo que puedo costear", dice Beau Beard señalando su caravana anclada en el boulevard Jefferson, estrecha avenida próxima a la turística playa de Venice.
Beard se mudó a California para un nuevo comienzo de vida tras un par de años en la cárcel, pero el plan no salió como lo esperaba.
"Este es el metro cuadrado más caro del mercado inmobiliario", dijo el hombre de 57 años refiriéndose a Los Ángeles, en donde un alquiler promedio en junio costaba 2.950 dólares.
"De paso, no hay trabajo", acota.
Cuando su novia quedó embarazada en 2020, Beard compró una casa rodante para albergar a la familia, pero las autoridades lo consideraron inapropiado y se llevaron a la bebé a un hogar temporal al nacer.
"Pensábamos que progresábamos, pero lo que no sabíamos era que se llevarían a nuestra hija", recordó.
"Estamos atascados, no sabemos qué hacer", lamentó Beard sentado en el porche de su tráiler.
Sintiéndose desafiado por el sistema, dice que la caravana que lo separa de su hija, también lo descalifica para beneficiarse de programas habitacionales.
Para las autoridades, señala, ellos están "en una zona gris". "Somos los últimos de la lista cuando se trata de alojamiento", subraya.
- "Nos apartan" -
El boulevard Jefferson ronda la Reserva ecológica de Ballona, una rica área natural venida a menos tras décadas de actividad industrial.
Algunos vehículos llevan tanto tiempo parados al margen de esta vía plagada de placas de "Prohibido estacionar" que ya tienen instalaciones artísticas, pequeños jardines, mesas, sillas y pequeñas hornillas para cocinar.
En esta comunidad, donde viven estadounidenses, europeos y latinoamericanos, todos dicen mantener normas de convivencia y velar los unos por los otros. Varios de los vecinos tienen perros.
Sin embargo, la vida allí es difícil.
"Te toma como diez pasos hacer una única cosa", dice Tamara Hernández, una maquilladora que vio el alquiler de su estudio en Venice dispararse de 450 dólares a más de 3.000 en una década.
"Si me quiero bañar, me toma como una hora calentar el agua (...) Es realmente duro aquí", explica.
A las dificultades diarias, suma el peso emocional de sentirse marginada.
"No sé por qué nos odian, somos buenas personas. Cuando se trata de nosotros, simplemente nos apartan", asegura Hernández, de ojos perfectamente delineados y rematados con pequeñas estrellas.
- "Imposible" -
Steven, quien no quiso dar su apellido, se estacionó en Jefferson Boulevard hace dos años con su esposa.
La pareja compró la pequeña furgoneta en la que viven por 6.000 dólares porque sus dos salarios no alcanzaban para el alquiler en un buen vecindario.
"Creo que es mejor que vivir en las zonas infectadas de drogas y pandillas", sostiene.
Para vivir en un barrio de clase media y cubrir gastos básicos, Steven, quien trabaja en un supermercado, calcula que necesitaría tres empleos simultáneos.
"Esta es la única manera en la que creo que podemos sobrevivir después de que la inflación se disparara, porque los salarios no aumentaron", subraya.
La población en situación de calle crece consecutivamente en Los Ángeles, tendencia visible en otras grandes ciudades de Estados Unidos, en donde la inflación llegó a 9,1% hace un año. En junio de 2023, el indicador anualizado había bajado a 6,5%.
En 2021, más de 7 millones de estadounidenses gastaron más de la mitad de sus ingresos en vivienda, un aumento del 25% respecto a 2007, según la ONG National Alliance to End Homelessness.
En Los Ángeles, capital de la industria del cine y el entretenimiento, resalta el contraste entre las mansiones en las colinas de Hollywood y las decenas de personas durmiendo en calles turísticas como el Paseo de la Fama.
Steven, quien está encantado con la naturaleza en los pantanos de Ballona, sueña con otros parajes.
"Estoy ahorrando para comprar un terreno, quizás en Arkansas o Missouri. Ya hice los números, quiero construir un tanque para peces y sembrar vegetales", dice.
"Pero en California eso no va a pasar. Es imposible", sentencia.
L.Bohannon--NG