El sudeste asiático apuesta por su prometedor sector aéreo
El sudeste asiático se erige como el nuevo El Dorado del sector aéreo, con inversiones de miles de millones de dólares para ampliar aeropuertos y prepararlos para acoger a un mayor número de pasajeros, a pesar de las inquietudes geopolíticas y medioambientales.
Nuevas aerolíneas se preparan para alzar el vuelo en la región, como Really Cool Airlines, fundada por un veterano del sector, que a partir de mediados de 2024 debe conectar Bangkok con Japón.
"Hay que estar loco" para crear una aerolínea hoy en día, admite a la AFP Patee Sarasin, un empresario tailandés y consejero delegado de esta nueva compañía.
"Es mucho dinero. Es agotador recaudar los fondos", admite el antiguo responsable de la aerolínea de bajo coste Nok Air.
Pero el empresario anticipa un "boom" del sector en la región y quiere sacar provecho de ello.
"El sudeste asiático será probablemente uno de los centros del universo en el futuro, con la ralentización de Europa y Estados Unidos", argumenta.
En el sudeste de Asia, actores públicos y privados comparten sueños de grandeza aunque el sector todavía no ha recuperado el nivel de actividad previo a la pandemia.
Boeing prevé un crecimiento del 9,5% anual del tráfico aéreo en la región en las dos próximas décadas, netamente superior al 6,1% de media mundial, gracias al desarrollo del turismo y la clase media.
La flota de aeronaves en el sudeste de Asia, que actualmente concentra un 10% del tráfico mundial (más de 500 millones de pasajeros en 2019), debe cuadruplicarse de aquí a 2042 para responder al crecimiento de la demanda, augura el fabricante estadounidense.
Pero se divisan nubarrones en el horizonte, como una dependencia demasiado elevada del mercado chino y la trampa del exceso de inversión, justamente cuando aumenta la presión para limitar las emisiones de carbono que alimentan el cambio climático.
- Grandes ambiciones -
Tailandia puso en marcha proyectos para modernizar sus infraestructuras aeroportuarias en Bangkok, en la bucólica isla de Phuket o en la ciudad septentrional de Chiang Mai, con cientos de templos budistas.
También Vietnam construye en Ciudad Ho Chi Minh el que debe ser el mayor aeropuerto del país.
La megaestructura, con un coste de unos 15.000 millones de dólares, prevista para 2026, suscita quejas por las toneladas de polvo rojo que levanta la obra y que asfixia a los habitantes de la zona.
Encajada entre estos dos países de gran atractivo turístico, Camboya quiere hacer del futuro aeropuerto de Phnom Penh, previsto para 2025, una plataforma regional que pueda competir con Bangkok y Singapur, con alrededor de 50 millones de pasajeros anuales en 2050.
El pequeño reino ofreció una idea de su gran ambición con la inauguración en noviembre del nuevo aeropuerto de Siem Riep, la ciudad que da acceso al imponente complejo de ruinas de Angkor.
La construcción de este proyecto de más de mil millones de dólares, financiado por China en el marco de su iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, está preparado para acoger a 12 millones de pasajeros anuales para 2040, lo que supone el doble de los turistas internacionales que visitaron Camboya en 2019.
"El nuevo aeropuerto cambia la tendencia, pero hace falta más" para reforzar el atractivo de Siem Riep, explica Philip Kao, presidente de una asociación local de promoción del turismo.
- Aeropuerto fantasma -
Aunque la flamante nueva terminal luzca casi vacía por ahora, sus capacidades serán útiles en el futuro, augura Mayur Patel, director para Asia de la empresa proveedora de información de viajes OAG.
"El aeropuerto está avanzado a su tiempo. Cuando el mercado haya recuperado el nivel precovid, en 2024 o 2025, veremos un fuerte crecimiento", estima este experto.
Los esfuerzos coordinados en la región para reimpulsar el turismo deberán "eliminar las dificultades para viajar en los años venideros", asegura.
Tailandia, donde el turismo supone un 20% del PIB, multiplicó en las últimas semanas las medidas destinadas a facilitar la llegada de visitantes de China e India, dos enormes reservas de potenciales clientes.
Pero los chinos no están llegando en los niveles esperados en un contexto de ralentización de la segunda economía mundial.
La firma OAG advierte en un informe de la fuerte dependencia del sudeste asiático de China y de la posibilidad de sorpresas negativas que desmoronen las previsiones optimistas.
Un ejemplo de inversión desatinada es el aeropuerto tailandés de Betong, inaugurado en 2022 en el remoto extremo sur del país, cerca de la frontera con Malasia.
Meses después de abrir, las aerolíneas detuvieron sus operaciones desde allí por falta de pasajeros.
D.Gallaugher--NG