El acceso al aborto puede volverse "vulnerable en muy poco tiempo", advierte diputada francesa
El acceso al aborto puede volverse "vulnerable en muy poco tiempo", advierte la diputada oficialista francesa Éleonore Caroit, para quien su histórica inscripción en la Constitución en Francia busca allanar el camino para que otros países también lo protejan.
En una entrevista con la AFP, la política franco-dominicana de 38 años repasa la situación y los desafíos en Francia, así como en América Latina, circunscripción por la que fue elegida diputada francesa.
PREGUNTA: El lunes, el Congreso francés votará la inscripción en la Constitución de la "libertad garantizada" de las mujeres a abortar. ¿Por qué Francia considera necesario protegerla?
RESPUESTA: La libertad de abortar en Francia existe desde hace ya casi 50 años y está de cierto modo adquirida. No está en peligro inmediato.
Sin embargo, viendo el giro en otros países, hubo iniciativas parlamentarias de varios grupos en reacción a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos [en 2022 de dejar de reconocerlo como un derecho federal NDLR], para darle más peso a este derecho en Francia y constitucionalizarlo. En un sistema de derecho civil, es la manera de hacerlo casi inatacable.
Yo pensaba que no había realmente peligro en Francia, pero, al haber asistido a los diferentes debates parlamentarios, pienso que existe dentro de la sociedad un terreno que puede permitir que ideas muy reaccionarias vuelvan a surgir mucho más rápido de lo que nos imaginamos.
De hecho hubo una polémica reciente porque la cadena CNews publicó una gráfica sobre las causas de mortalidad en el mundo y la primera que aparecía era el aborto. Se consideraba el aborto como un asesinato. La cadena se disculpó y habla de un burdo error.
P: ¿Cómo es el acceso al aborto en Francia?
R: El acceso es fácil en teoría. Aparte de la limitación temporal de 14 semanas [de embarazo], no hay que justificarlo con una causal, como ocurre en varios países latinoamericanos. Hay un período de reflexión que permite que no sea un acto tomado a la ligera.
Pero en la práctica es bastante difícil en lugares donde hay problemas de acceso a médicos, como en muchas partes de la Francia rural.
Constitucionalizar esta libertad --porque lo ponemos en el plano de la libertad, no del derecho-- nos ayudará también a reforzar el acceso al aborto en esos lugares.
P: Francia siempre se ha visto como un país a la vanguardia de los derechos y libertades. Con la constitucionalización del aborto, ¿busca dar un mensaje al mundo?
R: Francia será uno de los primeros países en constitucionalizar el aborto. Es una decisión muy simbólica, muy fuerte. Francia también entiende abrir la puerta a que otros países constitucionalicen este derecho para protegerlo, porque, aunque exista desde hace mucho, puede ser vulnerable en muy poco tiempo.
Casi todas las democracias europeas permiten el aborto sin condiciones morales, sino simplemente con condiciones temporales y médicas. Sin embargo, en Polonia y en Hungría, con partidos muy conservadores en el poder, ha habido retrocesos y un discurso muy fuerte que hace muy vulnerable ese derecho.
En Estados Unidos vimos un retroceso total a nivel federal con ahora una cantidad de estados que no permiten el aborto. Los países musulmanes en su gran mayoría tampoco lo permiten, al igual que países africanos.
Y en América Latina, la situación es muy heterogénea. Hubo combates muy recientes en México, Argentina, Colombia, donde con la Marea Verde se lograron avances, pero los movimientos conservadores siguen ahí. Por ejemplo, el nuevo presidente argentino, Javier Milei, se ha pronunciado contra el aborto de manera muy vocal. Entonces, el riesgo existe.
P: Como franco-dominicana, ¿cómo ve la situación en este país?
R: República Dominicana no permite el aborto bajo ninguna circunstancia, ni siquiera bajo las tres causales: si la vida de la madre corre peligro, si la vida del feto está en peligro o en caso de violación o incesto.
Desgraciadamente hay otros ejemplos en el continente. El peso de la Iglesia católica y de las iglesias evangélicas hace que es muy difícil, incluso políticamente, tomar una decisión así.
Pero hay un ejemplo de lo contrario que me da mucha esperanza. En México, los derechos de las mujeres avanzaron recientemente de manera muy rápida, porque hubo una verdadera voluntad política. El movimiento espontáneo de la sociedad civil se tradujo en cambios radicales.
Y.Byrne--NG