Nottingham Guardian - Familias ruso-ucranianas en Járkov, separadas afectivamente por la guerra

Familias ruso-ucranianas en Járkov, separadas afectivamente por la guerra
Familias ruso-ucranianas en Járkov, separadas afectivamente por la guerra / Foto: Roman Pilipey - AFP/Archivos

Familias ruso-ucranianas en Járkov, separadas afectivamente por la guerra

Antes de la guerra la madre de Kira Djafarova podía visitar sin dificultad a sus hijos y nietos que vivían tanto en Ucrania como en Rusia desde su ciudad fronteriza de Vovchansk. Ahora una línea física y emocional en el frente separa a la familia.

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Kira vive en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y su hermano vive en la ciudad rusa de Belgorod. Ambas ciudades son bombardeadas regularmente.

La madre de ambos, Valentina Radionova, no escatima esfuerzos para intentar mantener la unidad familiar, pero el abismo que separa a los hermanos parece imposible de colmar.

"Cuando mencionaba a mi hermano, yo gritaba que lo odio y deseo que los 140 millones de rusos mueran", cuenta Kira, de 57 años, a AFP.

Kira afirma haber cortado los lazos con su "ex hermano" que, según ella, apoya al presidente Vladimir Putin.

Historias similares de familias divididas emocionalmente abundan en Ucrania, donde casi la mitad de la población tiene parientes en Rusia.

"Tenemos derecho a este odio", asegura Kira, y añade que "es muy difícil para (mi madre) entenderlo".

Valentina, de 85 años, creyó al comienzo en el argumento del Kremlin, pero cambió de opinión con la guerra. No obstante se niega a renegar de su hijo.

"Sigue siendo su hijo y lo ama. Me equivoqué al intentar hacerla cambiar de opinión", cuenta su hija.

Cuando las tropas rusas irrumpieron en Vovchansk en mayo como parte de una ofensiva lanzada desde la frontera, Kira quería que su madre abandonara la ciudad, incluso si eso significaba huir a Rusia.

- Guerra entre hermanos -

Pero Valentina se niega a evacuar, paralizada por el miedo y atada a su tierra, según Kira.

La anciana se queda en su casa donde su familia, especialmente sus nietos "adorados", podían visitarla hasta la invasión rusa de febrero de 2022 desde ambos lados de la frontera.

"Ella quería que todo el mundo viniera y viera su hermosa casa y su jardín, donde crecen rosas", continúa su hija.

Después de más de dos semanas de bombardeos y combates intensos, Vovchansk está devastada según imágenes filmadas por drones ucranianos.

Kira añade que la última vez que estuvo en contacto con su madre fue el 17 de mayo.

Vovchansk ya había sido ocupada por los rusos durante seis meses al comienzo de la guerra tras ser capturada. Pero luego fue liberada por el ejército ucraniano durante una contraofensiva en septiembre de 2022.

En 2021 alrededor del 43% de los ucranianos afirmaron tener parientes en Rusia, cifra que llega al 53% en el este, según una encuesta del Instituto de Sociología de Kiev.

Entre los evacuados de la zona de combate que llegan a Járkov algunos tienen sentimientos contradictorios hacia sus familiares rusos.

"No esperábamos tal guerra entre hermanos", resume Irina Chirokorad, de 62 años, sentada en el patio de un centro para evacuados.

Tiene lágrimas en los ojos cuando piensa en su prima, que vive en Rostov del Don, en el sur de Rusia.

"Les dije la verdad, que nos estaban disparando, pero no nos creyeron. Les lavaron el cerebro", subraya.

Los temores de seguridad finalmente pusieron fin a los lazos entre Irina y su prima.

"Tenemos miedo de hablar con ellos, y ellos tienen miedo de ponernos en problemas si nos comunicamos", explica.

Galina Konoval también mantuvo durante un tiempo contacto con su hermano, que vive en Tiumén, Siberia.

En su primera llamada después de la invasión éste afirmó esperar que la guerra termine pronto pero, más de dos años después, la casa de Galina quedó destruida por el asalto ruso.

"¿Qué puedo decirle? Es mi hermano, ¿es realmente culpable?", se pregunta.

R.Ryan--NG