Nottingham Guardian - Mathieu Flamini, el exfutbolista que quiere frenar la polución química

Mathieu Flamini, el exfutbolista que quiere frenar la polución química
Mathieu Flamini, el exfutbolista que quiere frenar la polución química / Foto: Benjamin Cremel - AFP/Archivos

Mathieu Flamini, el exfutbolista que quiere frenar la polución química

"En el fútbol, un 'tackle' significa detener el balón y volver a lanzarlo, yo lo que quiero es detener la polución química". Para lograrlo, el exjugador de fútbol francés Mathieu Flamini, ex del Getafe, apuesta por la química 'verde'.

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Discreto sobre su actividad como inversor, que ha suscitado numerosos artículos en la prensa deportiva, el exjugador que pasó por el Arsenal en Inglaterra y el AC Milan en Italia y que disputó su último partido en 2019 con la camiseta del Getafe en España, contó a la AFP sus nuevos objetivos con GF Biochemicals, sociedad que fundó junto a un familiar en 2010, en paralelo a su actividad deportiva, en un sector en pleno crecimiento.

Su nombre se vio involucrado en el año 2017 en el escándalo de los 'Paradise Papers', desvelado por periodistas de Le Monde y del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que denunciaron que el deportista había recibido el apoyo de sociedades 'offshore' y próximas al oligarca ruso-uzbeko Alicher Ousmanov (sancionado ahora por los occidentales debido a la guerra de Ucrania).

Flamini indica a la AFP que se había iniciado un "proceso" para cerrar definitivamente la entidad maltesa ligada a esta financiación. Precisa también que Ousmanov no invirtió nunca, directa o indirectamente en la empresa, y que ni el hombre de negocios ruso ni su entorno tienen a día de hoy ningún tipo de relación de capital en su sociedad.

Pero casi cinco años después de estas revelaciones, su empresa se mantiene y evoluciona, y anunció el miércoles haber recaudado 15 millones de euros (15,77 millones de dólares) de inversores especializados como Sofinnova, el gigante europeo del capital riesgo dedicado a las ciencias de la vida.

"Lo que deseamos hacer es producir a escala industrial productos sostenibles para el clima, no tóxicos para la salud, biológicos, biodegradables, que reemplacen los compuestos químicos derivados de productos petrolíferos contaminantes de nuestro día a día, y que emitan menos dióxido de carbono", explica el futbolista de 38 años por teléfono desde Marsella.

En esa ciudad, en la que pasó su juventud, nació su vocación: "Crecí al borde del mar y jugando al fútbol en playas a menudos llenas de desechos", dice para explicar su pasión por el balón y por el medio ambiente. "Soy de la generación de Cousteau y Thalassa", explica, haciendo referencia a las emisiones televisivas del biólogo marino Jacques-Yves Cousteau y a Thalassa, otro programa centrado en el mar.

Su herramienta es el ácido levulínico, molécula prometedora procedente de residuos agrícolas, caña de azúcar o tallos de maíz, presentado como un sustituto del petróleo.

- Objetivo: primera fábrica en Europa -

El holding GF Biochemicals, que según el futbolista posee todos los activos de la sociedad y cuya sede social esta en París, tiene oficinas en Países Bajos, Estados Unidos y en India. Titular de unas 200 patentes, la sociedad desarrolla y produce derivados de este ácido: biodisolventes o ingredientes biobasados que remplazan las moléculas procedentes de la petroquímica.

"Podemos remplazar la silicona que mejora la textura del champú, un conservador que también es un disruptor endocrino, o las sustancias utilizadas en la fabricación de detergentes, barniz, pinturas o en la agroquímica", detalla.

Numerosas 'start-up' han invertido en este sector emergente en Francia como Afyren, Carbios, METabolic, EXplorer... éstas conciben a partir de la naturaleza (biomasa, almidón, azúcar o algas) materias primas que tienen en cuenta el agotamiento de los recursos fósiles del planeta, lo que es conocido como "química verde".

Flamini admite que cuando se lanzó a la aventura no creía que "todo iba a ser tan largo". La química es un sector industrial en el que las investigaciones son largas, los capitales importantes y el retorno de la inversión, a veces muy tardío.

Hay que validar los procesos, obtener certificaciones internacionales molécula a molécula antes de comenzar a comercializar una, "sin un retorno de la inversión durante años".

Durante su paso como jugador del AC Milan, Flamini conoció a investigadores de la universidad de Pisa y Milán, que trabajaban sobre el potencial del ácido levulínico, a los que cita principalmente.

El exfutbolista también se alegra del anuncio el pasado 25 de abril de la Comisión Europea sobre su intención de prohibir de aquí a los próximos años decenas de sustancias químicas derivadas de productos petroleros, muy difundidas pero nocivas para la salud, algunos PVC, ftalatos u otras sustancias acusadas de estar ligadas a la aparición de cánceres.

El objetivo hoy es "construir una primera fábrica en Europa", y habrá "buenos anuncios en los próximos meses", espera.

P.Connor--NG