Nottingham Guardian - Amadas en Texas, las camionetas o 'trocas' sentirán el golpe de los aranceles de Trump

Amadas en Texas, las camionetas o 'trocas' sentirán el golpe de los aranceles de Trump
Amadas en Texas, las camionetas o 'trocas' sentirán el golpe de los aranceles de Trump / Foto: Ronaldo Schemidt - AFP

Amadas en Texas, las camionetas o 'trocas' sentirán el golpe de los aranceles de Trump

Arthur Bibbs anticipó la compra de una Dodge RAM de segunda mano en Texas. Teme que la "paranoia" tras los aranceles de 25% aplicados por el presidente Donald Trump a autos importados y a sus piezas fabricadas fuera de Estados Unidos, dispare los precios.

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"Me preocupa que la gente se ponga paranoica antes de que haya un impacto real. Decidí comprar este carro antes de que las cosas se compliquen", explica Bibbs, de 38 años, quien trabaja en la industria eléctrica.

La normativa de Trump, vigente desde el 2 de abril afecta con un 25% de impuestos a las importaciones de vehículos, entre ellos las camionetas pickup.

Los aranceles -impuestos sobre las importaciones- generalmente impactan en el precio que pagan los consumidores. Otro arancel para la importación de autopartes utilizadas para ensamblar carros en Estados Unidos debe implementarse en mayo.

En Texas, sur del país, los negocios del petróleo, agricultura y ganadería van de la mano con las todo terreno: camionetas pickup o SUV -una 'troca', como la llaman en México- son un vehículo muy común en sus carreteras.

En Houston, la ciudad más poblada de Texas y la cuarta mayor de Estados Unidos con 2,3 millones de habitantes, estos vehículos representaron casi el 80% de las ventas de autos nuevos en 2024. En todo el país el dato fue 74%.

Esta predilección, consolidada a lo largo de los años, pudo deberse en parte a otro impuesto aún vigente. El "chicken tax", también del 25%, instituido en 1964 contra la importación de camionetas, en respuesta a las restricciones europeas a la compra de pollo estadounidense.

La población se volcó a lo nacional y la Ford F-Series o la Chevrolet Silverado lideran el mercado actualmente.

Pero la globalización ha conseguido que sus marcas emblemáticas que se ensamblan en Estados Unidos ya no sean más 100% "Made in USA", y que una SUV Toyota RAV4 japonesa se arme en Kentucky.

- Encarecimiento -

"He visitado en Guanajuato, México, las fábricas de Chevrolet y GMC. Ellos construyen sus motores allí y varias partes. (...) Si ensamblas en Estados Unidos con componentes de fuera, va a afectar los precios", comenta Tino Ruiz, propietario de una concesionaria de autos usados en Magnolia, norte de Houston.

Varias autopartes se han producido sin problemas en sus vecinos México y Canadá, gracias a acuerdos de libre comercio hoy debilitados por Trump.

"Los aranceles automotrices de la administración Trump seguramente afectarán las cadenas de suministro del sector, e incrementarán los costos para los consumidores", explica un artículo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Podrían "encarecer prohibitivamente la fabricación de ensamblaje final en Estados Unidos", socavando el objetivo que Trump tiene con sus aranceles: producir más dentro del país.

- Sufre el cliente -

RoShelle Salinas, vicepresidenta de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Houston, dice que en el corto plazo puede producirse "un ligero repunte en las compras, ya que los clientes, preocupados por el precio, buscan anticiparse a posibles aumentos".

Estos incrementos podrían oscilar entre 3.000 y 10.000 dólares sobre el valor actual, dependiendo del vehículo.

"Recordemos que, en promedio, un vehículo nuevo en Estados Unidos cuesta 52.000 dólares, y las camionetas pick-up son definitivamente más caras que el promedio, así que vamos a sentir ese impacto pase lo que pase", explica.

Ruiz sabe que los aranceles encarecerán los autos nuevos y empujarán al alza sus vehículos en stock.

"Obtendré más ganancias, pero eventualmente tendré que pagar precios más altos para adquirir más vehículos. Tendré que entrar al juego y, cualquier aumento en mis costos de compra, lo transferiré al cliente", admite.

Bibbs fue su primer cliente del mes. "Los vehículos que vi en precios decentes ya se vendieron, y me dije, algo está pasando, así que salí a comprar porque tal vez ya no tenga la oportunidad", agrega.

Escogió una marca estadounidense porque, pese a que "no conecta" con Trump, cree que los aranceles a los productos extranjeros pueden abaratar las piezas si empiezan a fabricarse localmente.

- "Fabriquen mejores carros" -

Ruiz apoya las marcas locales pero valora la globalización. Cree que todo se mueve por la competencia y que no se puede forzar a los clientes a comprar una determinada marca.

"Desafortunadamente los autos estadounidenses suelen ser desechables, después de 160.000 km comienzan a dar problemas. Un Toyota o un Honda llegan a 320.000 km y todavía funcionan bien. (...) Si quieres poner aranceles, fabrica mejores carros entonces", considera.

F.Coineagan --NG