Nottingham Guardian - Los vinos franceses de Borgoña se lanzan a la carrera por descarbonizar su producción

Los vinos franceses de Borgoña se lanzan a la carrera por descarbonizar su producción
Los vinos franceses de Borgoña se lanzan a la carrera por descarbonizar su producción / Foto: ARNAUD FINISTRE - AFP

Los vinos franceses de Borgoña se lanzan a la carrera por descarbonizar su producción

Con menos vidrio y metal y más fertilizantes naturales y setos, los vinos de Borgoña se han embarcado en un plan a todos los niveles para alcanzar la neutralidad de carbono en 2035, quince años antes del objetivo de Francia.

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Los vinos de esta reputada región vitivinícola del este de Francia aspiran a reducir en un decenio un 60% de sus emisiones de gases de efecto invernadero y aplicar medidas de almacenamiento de carbono, como plantar setos y árboles, para el resto.

Sus esfuerzos no son baladíes. Los "desafíos climáticos" estarían de hecho detrás de la caída de la producción mundial de vino en 2024, a su nivel más bajo desde 1961, estimó en noviembre la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El proyecto es "muy ambicioso", confiesa a AFP Laurent Delaunay, presidente de la Oficina Interprofesional de Vinos de Borgoña (BIVB). "Pero el cambio climático es algo muy grave. Estamos bien posicionados para verlo", dice en referencia a los daños en los viñedos.

El plan aún está en sus inicios: de las aproximadamente 3.500 haciendas de Borgoña, solo se han abierto 150 cuentas en la plataforma WinePilot, que permite a los viticultores evaluar su huella de carbono y reducirla.

"Pero solo había 60 hace seis meses", relativiza Mathieu Oudot, jefe del proyecto de neutralidad en el BIVB.

Para alcanzar su objetivo, la industria se enfrenta primero al mayor factor contaminante: la botella, que representa el 25% del carbono.

Frédéric Drouhin, de la hacienda Maison Drouhin, reducirá el peso de las suyas de los 520 gramos a 420. "Esto representa 500 toneladas menos de vidrio, es decir, 100 toneladas de CO2", el equivalente a más de 50 viajes de ida y vuelta París-Nueva York en avión, celebra.

Pero tocar la "dive bouteille" implica enfrentarse a un tabú en Borgoña, donde se suele estimar que un buen vino requiere una botella de peso. "Hemos sondeado a nuestros clientes y no les sorprende, incluso con los grandes vinos", agrega Drouhin.

- Ovejas podadoras -

Pero reducir el peso de la botella no es suficiente. "Habrá que cambiar las prácticas", advierte Boris Champy, al frente de una de las primeras haciendas de Francia que pasó, desde 1984, a la producción biodinámica.

Esta forma más exigente de agricultura orgánica combate las enfermedades con preparados a base de plantas o estiércol de vaca, y emite menos gases de efecto invernadero.

El resultado es visible. Mientras que la parcela de su vecino presenta un suelo desnudo, miles de margaritas muestran sus colores en medio de la finca de Champy, en Nantoux.

Entre las filas de viñedos, pastan ovejas, auténticas podadoras naturales que "evitan el uso del tractor" para desmalezar, al tiempo que dejan un fertilizante natural en el suelo.

El viticultor no pretende pedir a todos que sigan su ejemplo, pero cree que algunas de sus prácticas pueden adoptarse, como la abolición de las cápsulas metálicas que cubren los corchos.

Otro uso a erradicar, según él: la quema de sarmientos --ramas cortadas durante la poda-- que emite CO2, mientras que, triturados, pueden aportar preciadas materias orgánicas al suelo.

Además de los viñedos, la neutralidad también se logrará en las bodegas, estima la cooperativa La Chablisienne.

Cuando fue necesario pensar en un nuevo almacén, optaron por la rehabilitación de una antigua cantera en lugar de una nueva construcción.

"Habría costado 8 millones de euros (9,06 millones de dólares), frente a 2,5 millones para esta cantera (2,8 millones de dólares). Y aquí, la temperatura se mantiene todo el año entre 12 y 14 grados, por lo que no es necesario climatizar, lo que ahorra mucha energía. Es una excelente operación para nosotros y para el planeta", se entusiasma Damien Leclerc, su director general.

Para el hombre, el objetivo de neutralidad en 2035 "parece realista". "De todas formas, incluso si nos quedamos a tres cuartas partes del camino, ya habremos recorrido gran parte".

T.McGilberry--NG