Peligrosa operación de "limpieza" en Irak contra los yihadistas del EI
"Estamos aquí para limpiar", explica un oficial militar en la provincia iraquí de Diala, una remota zona del este del país, donde el ejército y la policía buscan a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) que mataron a 11 soldados la semana pasada.
La tarea es inmensa. Los yihadistas se desplazan rápido y operan en campo abierto en una franja de territorio que va desde el norte de Bagdad hasta Kirkuk, unos 250 km más al norte, a caballo entre las provincias de Diala, Saladino y Kirkuk.
Su objetivo son todos los hombres que llevan uniforme, pero también los civiles que les hacen frente.
Los yihadistas "se esconden en agujeros excavados en la tierra o en casas abandonadas, allí también esconden sus explosivos y sus armas", añade el alto mando del ejército, que no quiere que se publique su nombre.
En Diala, a orillas del río Adhaim, el ejército lanzó el viernes una operación de búsqueda "después del ataque de uno de nuestros puestos avanzados" por parte de los yihadistas, precisa el oficial.
El ataque tuvo lugar las 2H30 de la madrugada y se cobró la vida de 11 soldados que vigilaban la base.
- "Negligencia de los soldados" -
El puesto de avanzada se encuentra en medio de pequeñas bases similares, colocadas cada 300 metros aproximadamente a lo largo del río.
Un foso poco profundo rodea el fuerte, a su vez protegido por alambre de púas. Alrededor apilaron tierra para realzar el talud que sirve de escudo.
En medio, el fortín de hormigón tiene impactos de bala, estigmas del reciente ataque.
Sentados en el parapeto, tres soldados con uniformes dispares cimentan bloques de hormigón.
"Es la primera vez que el EI nos ataca directamente. Hasta ahora no tenían los medios, se limitaban a colocar artefactos explosivos improvisados y a disparos de francotiradores", destaca el oficial. "Aprovecharon el mal tiempo y la hora ya avanzada para atacar", afirma.
El gobernador de Diala tiene otra explicación. Para Muthana Al Tamimi se trata de "la negligencia de los soldados, ya que la base está fortificada. Hay una cámara térmica, gafas de visión nocturna y una torre de vigilancia de hormigón".
Este ataque pone en evidencia que el EI "está tratando de reorganizar sus tropas y actividades en Irak", afirma por su parte el analista iraquí Imed Alau.
- "No soy yo quien decide" -
Cuatro años después de que Bagdad declarara la "victoria" sobre los yihadistas, estos últimos multiplican los ataques, sobre todo en esta parte de territorio rural y aislado, que separa la capital iraquí de Kirkuk.
En el momento del ataque a Diala, más de un centenar de miembros del Estado Islámico asaltaron la prisión de Ghwayran en Al Hasaka, Siria, una de que más yihadistas alberga.
En conjunto, la organización yihadista tendría "10.000 combatientes activos" en ambos países, según un informe de la ONU publicado el año pasado.
La lucha contra el EI es tanto más peligrosa cuanto que las fuerzas iraquíes ya no pueden contar con el apoyo, sobre todo aéreo, de la coalición internacional antiyihadista, dirigida por Estados Unidos.
Los 3.500 hombres de esta coalición, entre ellos 2.500 estadounidenses, pusieron fin a su "misión de combate" el año pasado y se limitan a asesorar y formar a sus homólogos iraquíes.
"Tenemos nuestra propia fuerza aérea y contamos con ella", asegura el oficial. "Por lo demás, no soy yo quien decide", abunda.
Sobre el terreno, la búsqueda que realizan el ejército y la policía federal iraquí se basa en el juego del gato y del ratón.
El capitán Azhar Al Juburi de la Fuerza de Reacción Rápida de la Policía Federal vuelve de patrulla en las afueras del río Adhaim. "Llevamos cuatro días en esta zona. No hemos sufrido un enfrentamiento directo, pero hemos detenido a terroristas", afirma.
C.Queeney--NG