Nottingham Guardian - ¿Más sanciones por la crisis de Ucrania para quebrar la "fortaleza rusa"?

¿Más sanciones por la crisis de Ucrania para quebrar la "fortaleza rusa"?
¿Más sanciones por la crisis de Ucrania para quebrar la "fortaleza rusa"?

¿Más sanciones por la crisis de Ucrania para quebrar la "fortaleza rusa"?

Los superlativos abundan --"enormes", "sin precedentes" -- para calificar las sanciones con las que Occidente amenaza a Rusia en caso de invasión de Ucrania. Pero ¿de qué se trata y qué efecto tendrían?

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- Putin y los hidrocarburos

Washington ha contemplado sancionar a personalmente al presidente ruso Vladimir Putin, lo que lo colocaría en la categoría de jefes de Estado parias como el sirio Bashar al Asad o el difunto libio Muamar Gadafi. El presidente estadounidense no precisó la naturaleza de estas eventuales sanciones, pero en general se trata de congelar haberes o prohibir transacciones.

La medida sería simbólica y complicaría la cooperación bilateral. El Kremlin calificó la idea de "destructora".

Más consecuencias tendría prohibir a los bancos rusos operar en dólares, divisa reina en los intercambios internacionales, o excluir a Moscú del sistema Swift, esencial para intercambios bancarios internacionales. Irán sufre duramente esta medida.

Los hidrocarburos, sector lucrativo en Rusia, pueden ser afectados.

En primera línea, bloquear la puesta en servicio del gasoducto submarino entre Rusia y Alemania Nord Stream 2, que costó miles de millones a Moscú, pero también a varios países europeos.

- Fortaleza rusa -

Rusia ha sufrido varias olas de sanciones desde su anexión de la Crimea ucraniana en 2014, debilitando al rublo y mermando las inversiones extranjeras.

Pero el Kremlin se esfuerza desde entonces en erigir "fortalezas" para resistir a los choques y evitar un derrumbe total de su economía.

El Estado se ha blindado financieramente con unos 13,5 billones de rublos (Eur 157.000 millones, USD 177.000 millones, al cambio actual) al 1 de enero pasado en su fondo soberano, es decir cerca del 12% de su PIB.

El país es también uno de los menos endeudados del mundo, y a ello se añade una importante reserva en divisas extranjeras constituida por el banco central.

Moscú prosigue por otro lado su política de "desdolarizacion" desde hace años, apostando por el euro o por otras divisas en sus intercambios.

Tambien lanzó el sistema de pago Mir, competidor regional de Visa, cada vez más usado en Rusia y en la zona de la exURSS.

- Efecto bumerán -

Los europeos son cada vez más dependientes del gas y el petróleo rusos, como lo mostró la disparada de los precios gasíferos en el invierno boreal 2021-2022, que algunos atribuyen a Rusia para poner presión sobre Europa.

Más de un tercio de las importaciones gasíferas de la UE vienen de Rusia. Una exclusión de Moscú de los sistemas de pago internacionales plantearía un serio desafío para pagar esas entregas, sin contar con el hecho de que Moscú también podría dejar de suministrar gas. Además, Rusia pretende diversificar su clientela y ahora vende cada vez más a China.

Desde 2014, Moscú ha implementado un sistema de contrasanciones llamado de "reemplazo de las importaciones", en primer lugar de productos frescos.

Así, Rusia ha desarrollado sus producciones locales en el sector agroalimentario para prescindir con éxito, por ejemplo, de los tomates holandeses o de los quesos franceses.

El propio Putin calificó las sanciones como una "oportunidad" para desarrollar otros sectores.

- Pierde la población rusa -

La élite político-económica rusa no ha sufrido por las sanciones pero la población sí, y desde hace años: pérdida de poder adquisitivo agravada por la inflación, además de las corrientes devaluaciones del rublo ruso.

Aunque el Banco central hace lo posible para preservar al rublo, lo cierto es que la divisa rusa no ha dejado de caer desde el inicio de la crisis en torno a Ucrania.

Para el común de los rusos, las consecuencias son concretas. Los productos de importación, en particular electrónicos como smartphones u ordenadores, tienen precios exorbitantes, igual que los viajes al extranjero, símbolos de la emergencia de Rusia desde principios de este siglo.

Es por tanto la clase media, así como las pequeñas y medianas empresas, las que más pueden perder, como ocurre desde 2014.

Pero hasta ahora las represalias nunca han hecho cambiar de rumbo al Kremlin ni afectado mucho el apoyo que tiene Vladimir Putin.

A.MacCodrum--NG