Nottingham Guardian - Los paramilitares anuncian un gobierno rival en Sudán tras dos años de guerra

Los paramilitares anuncian un gobierno rival en Sudán tras dos años de guerra

Los paramilitares anuncian un gobierno rival en Sudán tras dos años de guerra

El jefe del grupo paramilitar sudanés Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), Mohamed Hamdan Daglo, declaró este martes la formación de un gobierno rival, cuando se cumplen dos años desde que empezó el conflicto entre su grupo y el ejército regular.

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Sudán está inmerso en una guerra que estalló en abril de 2023 entre las fuerzas militares, lideradas por el general Abdel Fatah al Burhan, y las FAR comandadas por Daglo, otrora su adjunto.

La guerra civil ha causado la muerte de decenas de miles de personas, desplazado a 13 millones y desencadenado la peor crisis humanitaria del mundo, sin un desenlace a la vista.

"En este aniversario, afirmamos con orgullo la formación de un gobierno de paz y de unidad", anunció el general Daglo en la plataforma Telegram.

Según él, este Ejecutivo debería "representar el verdadero rostro de Sudán".

Daglo anunció que habrá una "nueva moneda" y "nuevas tarjetas de identidad".

En su documento de seis páginas, consultado por la AFP, el general precisa que no se trata "de un Estado paralelo", sino del "único futuro viable" para el país.

"Nuestro gobierno suministrará los servicios de base, educación, salud, justicia, no solo en las zonas controladas por las Fuerzas de Apoyo Rápido y los movimientos armados, sino en todo el país", declaró.

Luego de que el conflicto estallara el 15 de abril de 2023, la capital Jartum se convirtió en apenas unas horas en un campo de batalla, con cadáveres en las calles y cientos de miles de personas huyendo. Los que se quedaron tuvieron que luchar por sobrevivir.

"Peso la mitad de lo que pesaba antes de la guerra", dijo a la AFP Abdel Rafi Hussein, de 52 años, que vivió bajo el control de las FAR en Jartum hasta que el ejército la retomó el mes pasado.

"Estamos a salvo (ahora), pero aún no tenemos agua ni electricidad, y la mayoría de los hospitales no funcionan", añadió este habitante.

La reconquista de Jartum por el ejército supuso un giro tras más de un año de reveses. Muchos civiles celebraron lo que era para ellos una "liberación" tras meses bajo el yugo de las FAR, acusadas de genocidio, saqueos y violencia sexual.

Zainab Abdelrahim, una mujer de 38 años, regresó a inicios de abril al norte de la capital con sus seis hijos y apenas reconoció su casa, que fue saqueada. "Intentamos recuperar lo esencial, pero no tenemos ni agua, ni electricidad, ni medicamentos", dijo.

La ciudad se encuentra parcialmente destruida y la munición que no estallaron plantea un grave problema de seguridad.

- "Apartar la mirada" -

Las FAR continúan ahora su ofensiva en Darfur, una amplia región del oeste de Sudán, asolada por la hambruna, con el objetivo de apoderarse de El Fasher, la última capital regional aún bajo el control del ejército regular.

Las fuerzas militares indicaron el martes que realizaron "con éxito" ataques aéreos contra posiciones de las FAR al noreste de El Fasher.

Reunidos en Londres, responsables de países del este de África y de Europa se comprometieron a movilizar unos 900 millones de dólares adicionales en ayuda para Sudán. Ninguna de las partes en conflicto asistió al encuentro.

"Dos años es demasiado tiempo, la brutal guerra en Sudán destrozó la vida de millones de personas, y pese a eso una gran parte del mundo sigue apartando la mirada", lamentó el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Lammy.

El responsable de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, afirmó que Sudán sufre de la "indiferencia del mundo".

En vísperas del aniversario, el jefe de Naciones Unidas, António Guterres, alertó que los civiles "siguen siendo los más castigados" por la guerra.

Se desconoce el número exacto de muertos debido al colapso del sistema sanitario, pero el exenviado estadounidense Tom Perriello citó estimaciones de hasta 150.000 fallecidos.

Ambos bandos han recibido acusaciones de atacar a civiles, bombardear viviendas y bloquear la ayuda.

Unos 25 millones de personas se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria y 8 millones están al borde de la hambruna.

 

M.Scott--NG