Una pequeña ciudad chipriota muy inquieta ante la llegada de migrantes sirios
"¡Es un gueto!". En Chipre, el alcalde de la pequeña localidad de Chloraka denuncia la presencia de centenares de migrantes sirios y desea que se vayan.
Pero estos solicitantes de asilo, que alquilan apartamentos en un excomplejo turístico, temen no poder encontrar vivienda en otra parte.
"Tenemos un problema demográfico", afirma Nicholas Liasides, regidor de Chloraka. "Para solucionarlo, estos refugiados deberían distribuirse en toda la isla", añade.
En este poblado, con 7.000 habitantes, en el oeste de Chipre, la cantidad de refugiados, mayoritariamente sirios, pasó de 800 a 1.700 en tres años.
Al igual que Chloraka, toda la isla mediterránea, miembro de la Unión Europea (UE), ha recibido un flujo masivo de migrantes en estos últimos años, sobre todo sirios que huían del conflicto en su país, a menos de 100 km de la costa chipriota.
En proporción a su población, Chipre (dividida desde la invasión turca en 1974) registra la mayor cantidad de demandantes de asilo en Europa, culpando a Ankara de "instrumentalizar" esta crisis enviando migrantes desde el norte.
Lisiades también culpabiliza al propietario del "San Nicolás" --el excomplejo turístico--, donde habitan unos 700 refugiados en apartamentos con alquileres módicos. "¡Es un gueto y lo queremos romper!", asegura a la AFP.
- "Miedo" -
El complejo con 250 apartamentos, alejado de la localidad, otrora acogía a numerosos turistas, que pandemia mediante dieron paso a los inmigrantes.
Ante tal afluencia, el ministerio del Interior decretó en diciembre de 2020 la prohibición a nuevos refugiados de instalarse en Chloraka.
Un mes atrás, las autoridades locales cortaron el suministro de agua al complejo a causa de un diferendo por facturas impagas.
"Son solamente excusas, lo que quieren es expulsar a los refugiados", afirma a la AFP Neofyto Paranetis, propietario del "San Nicolás". "Es una vergüenza", destaca el septuagenario, quien presentó el caso "ante la justicia".
La tensión en Chloraka aumentó en enero pasado tras dos peleas entre refugiados, con participación de inquilinos del "San Nicolás", según Michalis Nicolaou, portavoz policial de Paphos.
"En sólo un mes, detuvimos a más de 80 personas que residían ilegalmente en Chloraka", añadió, vinculándolo al decreto.
Desde principios de año, los vecinos organizaron dos manifestaciones exigiendo la partida de los refugiados.
"La mayoría de los habitantes siente miedo y no se acerca al complejo, el número de inmigrantes es demasiado elevado", explica a la AFP el patrón de un café, quien solicita el anonimato "por temor a eventuales problemas".
Geoffrey Velloza, un británico dueño de una tienda de animales, dice "no sentirse afectado" por la presencia de migrantes.
- "¿Adónde ir?" -
Mohamed Ramadan Diab, sirio de 37 años, indicó haber sido detenido por la policía el "San Nicolás", y espera una citación judicial.
"Intento encontrar alojamiento en otro lugar, pero no me alquilan por ser sirio", explica quien tiene seis hijos y lleva un año viviendo en Chloraka tras llegar ilegalmente a través de Turquía.
Su compatriota Nayef Al Shuyuj, de 32 años, habita en el "San Nicolás" desde hace tres. "La policía realiza frecuntemente controles de identidad y golpea brutalmente a nuestra puerta" en plena noche, añade.
"Los niños --tiene tres hijos pequeños-- se despiertan traumatizados (...) No sé adónde ir".
El alquiler de un apartamento del complejo con tres habitaciones, electricidad e internet incluidos, está fijado en 350 euros (unos 400 dólares).
Las autoridades desean que estos refugiados sean realojados en campamentos en el este de Chipre, pero Kisa, oenegé para los derechos de los inmigrantes, destaca que ya están sobrepoblados.
"El gobierno debería agradecernos" por brindarles vivienda, señala Paranetis.
"Algún día nosotros podríamo convertirnos en refugiados, como ocurrió en 1974", en referencia al éxodo de miles de greco-chipriotas hacia el sur tras la invasión turca al norte.
A.C.Netterville--NG