Los ángeles guardianes de las casas deshabitadas por la migración en Cuba
Alfredo García, un cubano de 58 años, cada semana cruza la calle para abrir ventanas, barrer y regar las plantas de la casa de su vecina que partió al extranjero con el éxodo migratorio que ha dejado a Cuba un débil mercado inmobiliario y hogares vacíos.